Mister Tirita también fue un alumno de la escuela, era uno de los mejores alumnos, se inventaba muchas historias. Pero tenía un problema, no atendía en clase y no hacía caso a los profesores y todas las historias que inventaban eran tristes. Hacían llorar a moco tendido a todos aquellos que las escuchaban. Así nunca conseguiría ser un Superhéroe Irrepetible, sería un ¡¡Supertriste!!.
Tenía unos poderes tan magníficos que todas las historias que inventaban, si él quería se hacían realidad.
Los profesores se lo dijeron y le advirtieron que podría pasar eso si no atendía en clase. Pero él seguía sin atender. Además se consideraba tan buen creador de historias que creía que no le hacía falta inventar más.
Al maestro Tallarín y a los demás maestros se les ocurrió que podrían intentar que inventase historias divertidas si le hacían cosquillas mientras las inventaba. Y así hicieron pero a Mister Tirita no le gustaba nada reír. El era un SuperTriste y los Supertristes no se ríen nunca, van siempre serios y no hacen llorar a la gente. Así que cuando le hacían cosquillas era incapaz de inventar historias, se reía a carcajadas pero no le gustaba nada.
Además cuando se reía se caía al suelo y todo, por eso empezó a ponerse tiritas para tapar las heridas que se hacía al reír. Tantas se puso que un buen día decidió abandonar la escuela, ponerse el nombre de Mister Tirita e irse a vivir el solo.
Juró vengarse de todos los Irrepetibles y para eso les pone siempre obstáculos pero los Irrepetibles siempre le vencen con su cañón de cosquillas, nunca falla.
Mister Tirita se fue, inventó una historia en la que aparecía una nave espacial enorme y un planeta supertriste que no estaba rodeado de estrellas y se convirtió en realidad y allí se fue a vivir.
Nadie le ha visto nunca la cara desde hace muchos muchos años, sólo el Maestro Tallarín le recuerda cuando era niño y lo único que sabe de él es que se fue de la escuela cubierto de tiritas, tantas que ni se le veía la cara
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